“Este lugar sin sur”

(micrónicas juaritas)

a miguel ángel chávez

a yuvia, edgar y toño flores

Por Roberto Castillo

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A pesar de la prensa alarmista, infinidad de anuncios de Se Vende o Se Renta, topes innecesarios, interminables retenes de federales y militares, recortes de horarios para venta de licor y bunkers vecinales, escritoras y escritores nos movemos por Ciudad Juárez en grupos de dos o tres carros por calles y avenidas durante el día y la noche, y asistimos a parques, bibliotecas comunitarias en barrios, universidades, zonas residenciales, colonias clasemedieras, restaurantes, consulados, cafeterías y bares: somos los Comandos Poéticos.
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Salimos por la mañana en comandos rumbo a la colonia Virreyes, según esto, el barrio más peligroso y con más ejecutados de la ciudad. Vamos con expectación y curiosidad para visitar Ma Juana, la biblioteca comunitaria coordinada por Ana Laura. Se les leen cuentos a las niñas y niños de la comunidad mientras algunos entramos a la biblioteca y donamos algunos libros; otros ofrecen libros para ser entregados como premios en un juego colectivo de lotería. Todos participamos con alegría porque sabemos que es una zona blindada por la buena voluntad de Ana Laura y sus compañeras.
     Afuera, mientras hacemos fila para comer unos tacos al pastor, podemos ver en la barda de enfrente una pintura de una súper mujer y unos versos de Arminé: “Juárez tan lleno de sol y desolado”. Los habitantes de la ciudad están acabando, poco a poco, con la desolación.
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 “El Señor Amarillo es producto del karma colectivo de escritoras y escritores que se dieron cita en el 1er Encuentro de Escritores de Ciudad Juárez”, así lo afirmó Cecy Pego, la Señorita Facebook, mientras Carmen Galán imita con acento andaluz las frases célebres de baja estima de este personaje, posiblemente imaginario, y que aparecerá en una próxima telenovela titulada El retén del amor, la cual es anunciada como “una increíble historia de amor en la ciudad más violenta de México”.
     Entre los asistentes a esta nocturna rueda de prensa encontramos a El Bonachón Camps, los Edgares, el Rincón y el Contreras, junto con Nadia Risa Grande Villafuerte, Toño Flores y la Reyna Sofía, el Caballero Uberto y el Johnny Tecate, quienes disfrutan y celebran con cervezas y caballitos de tequila la futura transmisión de esta telenovela tan esperada.
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Dentro de la céntrica zona blindada  de Ciudad Juárez, no sólo se resguardan hoteles, bancos, restaurantes, grandes tiendas, oficinas y antros, también una esquina llamada Cafebrería Sol y Luna, un espacio con forma de cubo donde se realizan lecturas, tocadas, venta de libros incunables y el espectáculo Mano a Mano, de Producciones Aboytia-Ortega, con títulos como “Fuera Canas vs. Fuera Barros”, o “Norte vs. Norte”, encuentros a tres minutos de lecturas entre poetas y narradores locales y fuereños.
     Son comunes las metáforas al hígado, ganchos al corazón, rectas al oído, jabs de hipérbaton, quiebres de cintura poética, volados narrativos y los cruzados de imágenes y, ocasionalmente, encuentros de lucha libre, casi siempre lidereados por el enmascarado Osvaldo el Conde de Ogazmo, con sus lecturas a ritmo de jipjop.
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Supe de Arminé Arjona por primera vez por su poema Sólo son mujeres, primeros textos acerca de los feminicidios en Juárez, junto a los poemas de Susana Chávez y Micaela Solís, entre otras, incluidas en la antología Canto a una ciudad en el desierto, seleccionada por Juan Armando Rojas y Jennifer Rathbun, en el 2004. Posteriormente leí a Arminé en la antología de la poesía mexicana en la frontera norte, titulada Tan lejos de Dios, preparada por Uberto Stabile, en el 2010 y que incluye un excelente videodocumental con el mismo título, armada por el propio Uberto, donde escucho la voz de Arminé, tan dura, tan dulce, tan fuertemente social con su declaratoria de amor por la gente de Juárez.
     Es Domingo y hace muy buen sol, cachetón y luminoso; es día del tianguis cultural y del homenaje a Susana Chávez en la placita de la estatua de Juárez; las presentaciones las realizan el López Landó, el Santana, el Zerk, Blanca Inés y Arminé quienes, además, leen poemas inéditos de Susana y plantean la necesidad de publicarlos.
     Escucho nuevamente su voz, tan humana, que he decidido adoptar a Arminé como mi hermana menor.
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Por alguna sinrazón terminamos una noche en la Campestre, en la mansión de un descendiente de un héroe de la Revolución Mexicana. Pido un vino tinto en la barrita y me contesta quien hace de bartender. ¿Blanco o rosado? Tinto, le digo. ¿Blanco o rosado? Insiste el bartender. La esposa le dice: Ofrécele un vodka, un qüisqui, un coñac o un tequila. Volteo y miro las botellas y el bartender me dice: ¿Blanco o rosado?
     Afuera el grupo de danza vernácula y folclórica, después de un par de bailes, toma agua con hielo de una mesita casi al ras del suelo.
     Adentro todo es antiguo: las pinturas, los muebles, los libros, las señoras; todo es de abolengo: los apellidos y los perros; todo es rancio: los vinos, las conversaciones y los raquíticos platillos de comida china con tenedores y cucharas de plástico.
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Miguel Ángel Chávez es mi hermano poético desde hace 30 años, y él fue uno de los principales motivos para asistir a Ciudad Juárez, encontrarme con él después de su enfermedad, como él la llama, y la llama de la amistad continúe. Y llama a Gala, su hija, para que me entregue uno de sus libros, y yo le entrego el mío. Me da gusto mirarlo caminar lentamente con su bastón y un sombrero elegante, uno de sus tantos que presume orgullosamente cada día. Compartimos lecturas en varias mesas y, una de las noches, nos toca el Mano a Mano, en el cafebrería, en la pelea estelar de “Norte vs. Norte”.
     Cuando subimos, nos gritan que la pelea está arreglada. Sólo sonreímos. Ha olvidado sus lentes y yo le comparto los míos, tenemos el mismo grado de ceguera. Yo leo un texto y luego le paso los lentes y él lee mientras sostengo el micrófono. Luego me regresa los lentes y yo leo un texto, y así sucesivamente, durante unos cuatro o cinco minutos.
     La pelea estaba arreglada, nos gritan nuevamente. Algunos vieron empate, otros no. No importa, importa el show y la amistad.
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Así como la caracola repite el rumor del mar, así como el eco repite los mejores sonidos, traigo aún dentro de mí las voces, a veces rudas, a veces dulces, de Gaby Torres, Miguel Ángel Chávez, Arminé Arjona, Edgar Rincón, Nadia Villafuerte, Edgar Contreras, Nabil Valles, Toño Flores, Fabiola Román, Osvaldo Ogaz, Diana Espinal, Alixia Mexa, Ifis  y Adriana Candia.

(continuará…)